En la calurosa ciudad
de Puerto Cabello, algunos ancianos aún cuentan, una leyenda fantasmal, con la
cual muchos todavía amenazan a los niños desobedientes y a personas que se
encuentran vagando sin camino. Durante las noches más oscuras, recorría las
principales calles de la ciudad y luego se alejaba hacia el Fortín Solano. el
origen de Esta historia es de la época colonial y fue provocada por tantas
muertes que dejó la peste negra, llamada Cólera Morbus o vomito negro, la cual
se inicia en Europa. Cuentan que era tal la desolación que no había tiempo de
cargar los cadáveres, por lo que se abrían grandes fosas colectivas, allí eran
arrojados por una carreta. Según comentarios, algunas víctimas lograban
sobrevivir y salían de las enormes fosas, caminando sin saber qué hacer, sin
rumbo fijo, creando una atmósfera de espanto, así como aquellos moribundos que
gritaban auxilio. El sonido de la carreta se fue grabando en las mentes de los
habitantes. El ruido de sus ruedas representaba a la muerte. Esto, naturalmente
fue creando la leyenda del carretón, del extraño sonido buscando los próximos a
morir. El carretón fantasma era una especie de carreta grande o carruaje en
llamas, tirado por cuatro briosos caballos que relinchan y corcovean aterradoramente.
Se decía que el carretero era el mismo diablo que se llevaba a los que vivían
en el pecado y la maldad. También se creía que la visión de ese carruaje
anunciaba muertes y catástrofes. Por eso al anochecer, las personas se iban
temprano a sus casas y si escuchaban las ruedas o los relinchos de los caballos
cerraban bien las puertas y ventanas para que el fuego fantasmal no los
afectara. Para librarse del carretón fantasma y alejarlo es necesario
persignarse, rezar un credo y sacar una cruz.
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